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Hábitos saludables

Existen varias costumbres saludables que se pueden practicar fácilmente, y que pueden ayudar a prevenir la incontinencia urinaria atenuarla, en caso de que ya haya aparecido.

Ejercicio físico

En muchos casos la incontinencia urinaria viene provocada por el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico. Es conveniente practicar ejercicio a diario, ya que previene la aparición de problemas óseos, estreñimiento y obesidad.

No es necesario realizar grandes esfuerzos. Al contrario, los ejercicios bruscos como el aeróbic y los steps no son los más aconsejables, ya que pueden favorecer la incontinencia. Es suficiente con realizar ejercicios ligeros de forma constante, como realizar paseos diarios.

Alimentación

  • Existe la tendencia a reducir la ingesta de líquidos cuando se tienen pérdidas de orina. No debemos actuar así porque son necesarios para nuestro organismo y contribuyen a su correcto funcionamiento. Pero se puede reducir, por ejemplo, el consumo de líquidos a partir de la tarde, siempre que ya se haya ido bebiendo el resto del día.
  • Conviene mantener un buen ritmo intestinal para evitar el estreñimiento, factor que puede propiciar la aparición de pérdidas de orina debido a la distensión de la musculatura del suelo pélvico. Una dieta rica en fibra, una alimentación equilibrada y una correcta ingesta de líquidos ayudan a evitarlo.
  • Los alimentos que contienen mucha agua (diuréticos), así como las bebidas alcohólicas, harán trabajar a nuestro organismo para producir una gran cantidad de orina. No tenemos por qué dejar de tomarlos sino conocerlos para controlarlos y reducir su consumo: calabacín, melón, sandía, espárragos, endivias, uvas, níspero, melocotón, alcachofa, apio, berenjena, coliflor, cebolla, bebidas alcohólicas, excitantes (té, café, etc.).

Higiene

La higiene es fundamental y constituye el cuidado básico no sólo para evitar complicaciones, sino también para aliviar la sensación de inseguridad y molestia. La higiene genital y de toda la zona perineal debe realizarse tantas veces como sea necesaria, siempre y cuando no se abuse del jabón, que podría resecar la piel. Para una mayor seguridad, es conveniente utilizar productos específicos para la higiene como las esponjas o las toallitas húmedas.