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El sueño

Son muchos los factores que pueden afectar al ritmo de nuestro sueño. Con la edad, la necesidad de sueño se reduce y éste se vuelve más ligero.

Aproximadamente, un tercio de las personas mayores de 65 años tienen problemas para dormir.

Éstas son más vulnerables ante cualquier factor que afecte al sueño, como los ruidos ambientales, la administración de una medicación o la incontinencia urinaria nocturna. Ésta provoca molestias como sensación de frío y humedad e incluso irritaciones en la piel, que afectan negativamente al descanso.

Sueño e incontinencia

El IIS, el Instituto de Investigaciones del Sueño, ha desarrollado un informe sobre la relación entre sueño e incontinencia urinaria.

  • Al hacernos mayores, el sueño se vuelve más frágil y perturbable.
  • La incontinencia urinaria nocturna es un síntoma que puede afectar severamente a la calidad de vida y del sueño.
  • La incontinencia urinaria puede alterar el sueño y causar trastornos en su mantenimiento, contribuyendo aún más al deterioro de la calidad de vida.
  • La incontinencia urinaria dificulta a corto plazo el mantenimiento del sueño, al producir cambios en la temperatura de la piel, sensación de humedad y de incomodidad. A medio plazo, es también causa de infecciones e irritaciones en la piel
  • Por su predisposición al insomnio, conviene evitar despertar a la persona cuidada durante la noche para cambiar el pañal.
  • La incontinencia urinaria se asocia con un mayor número de caídas por la noche y de fracturas.
  • La absorción y el cuidado de la piel de los pañales son factores externos que pueden influir en la calidad del sueño.
  • Se recomienda utilizar pañales con capacidad de absorción suficiente para toda la noche y tecnologías para mantener las condiciones óptimas de la piel.

Decálogo para dormir mejor

  • Mantén tu dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado y con una temperatura ambiental confortable a lo largo de la noche.
  • Segúrate de que tu colchón no sea ni demasiado blando, ni demasiado duro. La almohada debe tener la altura y densidad adecuadas.
  • Realiza ejercicio físico a diario, a ser posible, alrededor de unos 40 minutos. La actividad física debe acabar de 4 a 6 horas antes de acostarse.
  • No debes quedarte en la cama más tiempo del que es necesario para dormir. Intenta levantarte cada día a la misma hora y procura seguir tu propio ritmo de sueño.
  • Evita dormir la siesta si te cuesta dormir por la noche. Mantente activo durante el día y sobre todo después de comer.
  • Vete a dormir en cuanto sientas sueño. No te quedes dormido viendo la TV en el salón, ya que luego resulta más difícil volver a dormir en la cama.
  • No comas o bebas grandes cantidades durante las 3 horas previas a acostarte y vacía tu vejiga antes de dormir.
  • Establece un ritual para acostarte. Leer antes de apagar la luz puede ser útil, siempre y cuando la lectura sea ligera y no esté relacionada con tu trabajo.
  • Si no consigues dormir, no fuerces la situación insistiendo en ello. En su lugar, concéntrate en pensamientos relajantes y placenteros.
  • Utiliza un absorbente específico que garantice la absorción y mantenga la humedad alejada de la piel.
  • Se recomienda utilizar pañales con capacidad de absorción suficiente para toda la noche y tecnologías para mantener las condiciones óptimas de la piel.

Información desarrollada conjuntamente con el IIS, Instituto de Investigaciones del Sueño.